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Desde que estaba embarazada noté que Juan Pablo tenía algo, se movía demasiado. Su desarrollo siempre fue muy lento, se enderezó y gateó tarde, hasta hace poco empezó a hablar. Yo creía que por ser mamá primeriza era mi culpa por no saber cómo tratarlo, creía que era un niño inquieto y chiqueado. Juan Pablo fue evaluado hace un año, tenía seis años y en el diagnóstico salió como si tuviera cuatro. Cuando llegó aquí, era un niño muy reservado. Antes no decía nada, le costaba mucho trabajo expresarse y se comunicaba a través de los golpes, es un antes y un después desde que empezó la terapia con María Luisa. Él ya dice cuando siente frío o calor, lo que le gusta y no le gusta. Aquí empezó a hablar y aunque todavía le cuesta mucho trabajo escribir, ha crecido su interés por las letras. Ya parece un niño más acorde a su edad (7 años), antes parecía un bebé. Seguimos al pie de la letra todas las indicaciones y he notado que aquí con María Luisa es donde ha avanzado más. Ya interactúa y juega con otros niños, ver su crecimiento me da mucha paz. Hemos aprendido a poner límites y a ser firmes con las indicaciones, estamos muy contentos con su avance. Estoy feliz con María Luisa, la recomiendo muchísimo, agradezco que me ayudó a entender lo que tiene mi hijo, como mamá ya puedo dormir más tranquila. Me ha enseñado a ser firme sin dejar de ser amorosa y yo también como Juan Pablo, estoy aprendiendo.
Mamá de Juan Pablo (7 años)
Ivette Desdier
Fue un neurólogo el que nos recomendó a María Luisa para tratar el control de impulsos con terapia cognitiva. La mejora desde que Gosha inició la terapia ha sido muy grande, María Luisa ha sido un gran soporte para toda la familia. El tratamiento siempre ha sido completo, ella sabe cómo manejar las situaciones que se nos han presentado y sus recomendaciones incluyen a la familia, escuela, alimentación y actividad física. Además, las evaluaciones permiten ver el avance y desarrollo de cada etapa. Aquí Gosha ha aprendido a controlar sus emociones y sus impulsos y a socializar. María Luisa nos ha dado un buen pronóstico para su futuro.
Mamá de Gregory (16 años)
María Tereshenko